¿Cuantas veces escuchamos en su día a nuestros padres y a su vez hemos repetido a nuestros hijos, la famosa frase de “acábate esa comida del plato, que hay niños que se mueren de hambre en África…”? De hecho, en alguna ocasión he oído como incluso alguno de mis hijos se la repetía a sus hermanos pequeños…
Pero se ve que, no por el hecho de conocerla y de haber pensado en ella, la hemos conseguido incorporar a nuestros hábitos alimenticios de forma plena. Y es que, según muestran las estadísticas y últimos datos publicados, cada año desperdiciamos o tiramos en cada hogar una media de 250 euros de comida. Parece paradógico que, en un momento de crisis económica como el actual, se siga derrochando la comida de esta manera y no perdamos algunos de los vicios adquiridos en la época de bonanza, cuando se implantó más la cultura del tirar, que la de guardar o aprovechar.
Según nos indican, casi un 50% de lo que se dilapida y tira a la basura, podría haberse evitado, bien comprando adecuadamente o bien reciclando las sobras. Se trata de retomar el sentido común y costumbres que tenían nuestras abuelas y madres, aplicándolo tanto a nuestras compras, como al día a día de nuestra alimentación.
igualmente importante es mantener en orden tanto la despensa, como el frigorífico, para evitar encontrarnos con sorpresas…
Planificar bien las compras, realizarlas con calma, leer las etiquetas de los productos, y su fecha de caducidad, serían los pasos previos. Pero igualmente importante es mantener en orden tanto la despensa, como el frigorífico, para evitar encontrarnos con sorpresas… y por último, guardar las sobras y tener previstos nuevos menús o combinaciones para su aprovechamiento.
Somos conscientes de que en los hogares se derrochan alimentos en mayor o menor medida, pero donde hay que poner especial énfasis es en los supermercados y restaurantes. En muchos de ellos, por miedo a no tener el producto que pueda demandar el cliente, se suele almacenar más de lo necesario para luego muchas veces acabar tirándolo. Pese a haber ajustado mucho sus pedidos y stocks, todavía son cientos las toneladas de alimentos que se desechan a diario.
¿Tendremos que ir nosotros o nuestros hijos a recordarles cuántos niños mueren de hambre a diario en el mundo? Seguro que no… Además, ahí están mis amigos del Banco de Alimentos para llegar a acuerdos con muchos de ellos.