Carro de la compra

Ayer lunes, me acerqué como tantas otras veces a un hipermercado a hacer la compra semanal. Esta vez contaba con un poco más de tiempo y la realizaba sin la, digamos, inestimable ayuda de mis hijos…

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Durante una hora fui aprovisionándome de todo tipo de alimentos y productos, entre los que he vuelto a incluir los pañales y demás artículos de bebé. Es curioso cómo se va complicando la lista de la compra conforme se incorporan tripulantes al barco familiar y más aún si se realiza con una calculadora mental que va sumando las ofertas, vales de descuento y demás promociones.

Por fin conseguí todo lo que necesitaba y llegué a la línea de cajas, logrando que no se cayera ninguno de los últimos productos situados en la cima de la montaña que sobresalía del carro. Mientras terminaba de depositar toda la compra en la cinta de la caja, escuché a cuánto ascendía la factura de la persona que me precedía, llamándome poderosamente la atención por su abultado importe. Desconozco qué había comprado en su conjunto, pero al empezar a embolsar mis productos, aún quedaban algunos de los suyos y eran todos de primeras marcas.

Una vez más me vino a la cabeza el hecho que tantas veces se comenta, y más aún por muchas familias numerosas, sobre la diferencia que puede haber entre un carro de la compra y otro, según la marca de los productos que se decida adquirir. Es una realidad por todas y todos conocida y, ahora que estamos inmersos en un largo periodo en el que toca apretarse el cinturón, quizá sea el momento de reducir la lista de lo que podríamos denominar “imprescindibles”.

Cuando decimos: “mis hijos…, o mi pareja… o yo… no pueden o no puedo pasar sin comprar este producto de esta marca”, o “es que lo que más les gusta es…” y un sinfín de artículos. Está claro que el mejor pan del molde de la mejor marca puede ser el más esponjoso, blando e incluso sin cortezas…; Lo mismo con el yogur griego, con frutitas y de la mejor marca… seguro que sabe mejor que el azucarado de marca blanca… y así con casi todos los productos del hiper, pero habrá que ver si la compra familiar o personal se lo pueden permitir.

No se trata de hacer la guerra a las grandes o mejores marcas, pero cada familia debemos saber dónde podemos o queremos ajustar nuestros gastos y , la cesta de la compra, para quienes no venían haciéndolo ya de antemano, es un buen recurso.

A muchas familias numerosas nos preguntan. ¿Cómo puedes vestir o dar de comer a tantos hijos? Espero con lo que he comentado hoy haber contestado en parte esta pregunta.

Hasta el proximo martes,…

 

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