Pero en esta vida todo cuesta dinero… y se debería pensar la mejor forma para la propia emisión de esas facturas informativas, ya que de lo contrario Ayer lunes leí en un periódico que en Estados Unidos, un cuerpo de bomberos de Tenesse, ha decidido no apagar los incendios de las casas que no hayan pagado los 75 dólares del seguro anual. Y lo han llevado a rajatabla, ya que han dejado que el fuego consumiese una vivienda en llamas, al constatar que sus ocupantes no habían pagado el seguro…

Realmente, desconozco cómo podrán comprobar, en mitad de la emergencia, si los propietarios han pagado o no y no voy a ser yo quien apruebe una iniciativa tan extrema y, cuando menos, desproporcionada. Pero me ha hecho recordar la medida que se ha empezado a implantar en alguna Comunidad Autónoma y que ya vienen realizando nuestros vecinos europeos desde hace años, de emitir facturas informativas por los servicios públicos prestados.

¿Cuánto cuesta una entrada a un museo, o el transporte escolar, o una prueba diagnóstica, o un servicio de ayuda a domicilio? Gobiernos como el andaluz ya comenzaron a implantarlo hace meses y ahora van a extenderlo a más servicios públicos, de manera que los ciudadanos conozcan cuánto cuestan esos servicios que son sufragados con los impuestos que pagan.

Los usuarios generalmente desconocemos el coste de estos servicios

Considero que es positivo que conozcamos cuánto cuesta una operación, el transporte público escolar, la matrícula en una universidad pública, etcétera… Los usuarios generalmente desconocemos el coste de estos servicios que, por el hecho de ser gratuitos o bonificados, no quiere decir que no supongan un gasto real y, en muchos casos, muy elevado. La frase que se suele emplear de que Lo que no cuesta no se valora… por desgracia es muy cierta en muchos de estos serviciosemitirlas costaría un elevado coste a las arcas públicas… Una vez más, habrá que analizar el coste real de una medida de sensibilización que, no por ser muy conveniente y quizá adecuada, deba implantarse en un momento de ajustes presupuestarios.

En cualquier caso, y como he leído en algún foro…, consideraría igualmente oportuno y apropiado enviar a los propios políticos y gobernantes las facturas por el gasto público que nos suponen a todo los ciudadanos y que, de igual forma, pagamos con nuestros impuestos.

Hasta el martes que viene.