Hace unos días leí un post en Facebook que decía: Cuando un hijo o una hija está feliz, hay una madre tocando el cielo… Pensé, qué cierto es y qué poco nos paramos a veces a contemplar o valorar la felicidad de nuestros hijos.

Pero, de igual forma se podría decir que, cuando un hijo está triste o es infeliz… hay una madre, tocando el infierno. Y es que cada vez parecen mayores las posibilidades o formas de ser infeliz. Ayer, la Fiscalía General del Estado alertó del traslado del acoso escolar a las redes sociales. Así lo constata en un documento en el que alerta del crecimiento del ‘ciberbullying’, mediante comportamientos de hostigamiento, injuria, humillación e intimidación entre niñas y niños de centros escolares, a través de las redes sociales.

El problema de este tipo de acoso, estriba en el contexto propio de Internet, que ofrece enormes facilidades para atacar la intimidad, la libertad o la integridad moral, al mismo tiempo que favorece la difusión masiva del ataque, con evidente incremento del daño para la víctima. A ello se añade la complejidad que existe para los padres o centros docentes de controlarlo, ya que, aunque se dé entre alumnos, se lleva a cabo fuera del recinto escolar.

Son múltiples los consejos y recomendaciones que se dan tanto para los menores, como para los progenitores, pero el primero de ellos sería estar informados y formados. Se trata de una realidad cada vez más presente, sobre la cual no nos podemos aislar y que nos requiere conocer cómo actuar ante posibles acciones de ciberbullying realizadas o sufridas por nuestras hijas e hijos.

Todo ello, debería ir acompañado de una correcta educación en valores, en la que predominaran el respeto, la honestidad o la sinceridad

Páginas web como “Pantallas Amigas”, tienen completas guías de cómo actuar ante estos casos y, aún más importante, cómo intentar evitarlos. Todo ello, debería ir acompañado de una correcta educación en valores, en la que predominaran el respeto, la honestidad o la sinceridad, como bases para una correcta relación, tanto con los compañeros, como con los profesores y los propios padres.