Ayer lunes, el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), dio a conocer sus conclusiones sobre la Encuesta de Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal en Euskadi. En ella se plasmaban múltiples datos y porcentajes de diversa índole.

Lo que me llamó la atención fue cómo los diferentes diarios digitales y emisoras de radio se hicieron eco de ellos de una forma similar y destacando en todos ellos que el 50% de las mujeres del País Vasco con trabajo dedican, además, cinco horas a cuidar de los hijos/as. Frente a ellas, resaltaban, cómo la mitad de los hombres ocupados limitan la atención a sus hijos a dos o menos horas diarias.

No voy a ser yo la que no rompa una lanza en favor de una mayor conciliación laboral y familiar para las madres trabajadoras, ya que llevo luchando por ello más de diez años ante múltiples instituciones, pero en esta ocasión quiero destacar el tono de fondo que se suele dar a estas noticias.

Y es que a base de dar un tinte o cariz peyorativo a una actividad, estamos logrando que en la percepción comunitaria se vea como una carga o deber impuesto e ingrato.

Todos los titulares señalaban como ADEMÁS DE TRABAJAR, tenían que CUIDAR DE SUS HIJOS cinco horas.

Está claro que educar y cuidar a los hijos e hijas es una tarea que en diversas ocasiones resulta poco grata y sacrificada, pero no podemos seguir dándole de forma velada esa imagen negativa. Las madres y padres hemos tenido los hijos porque lo hemos decidido y lo que pedimos es tiempo de calidad para estar con ellos, educarlos y disfrutarlos. No debería interpretarse como que las mujeres quieren reducir esas cinco horas a dos o a una… Se trata de que esas horas que se dedican a los hijos, siempre serán más agradables compartidas y más ligeras, pudiéndose propiciar, además una mayor conciliación personal.

En otro contexto y siendo un poco irónicos, la noticia podría haber sido al revés. Que los hombres se quejan porque las mujeres trabajadoras dedican cinco horas al cuidado de sus hijos, mientras que ellos únicamente pueden dedicar dos…

No obstante, aquí también entra el tema de la conciliación personal y hay que ver si esas horas de diferencia pueden deberse también a que dentro de la pareja una parte está dedicando más tiempo a aficiones o quehaceres fuera del trabajo y el hogar frente a la otra…

Pero esto es harina de otro costal y depende más de lo establecido dentro de cada pareja y de la generosidad, solidaridad y capacidad de sacrificio que siempre son necesarias dentro de toda familia.

Hasta el martes que viene.