A falta de 5 días para que finalice la Eurocopa y con ella se cierre la temporada futbolística del curso… no me resisto a dedicarle este pequeño espacio. Y no es que sea muy futbolera, precisamente, pero está siendo imposible mantenerse al margen del devenir de este deporte en los últimos meses.

Y es que el Athletic nos ha mantenido en vilo hasta el último partido, hasta su última final, y no solo eso, sino que después continuó con el culebrón de la renovación del señor Bielsa. En cualquier caso, a lo largo de abril y mayo, aquí pareció que éramos impermeables a la crisis económica, a las primas de riesgo y demás titulares que copaban las portadas y programas de todas nuestras comunidades vecinas… Nada ni nadie pudo disputarle en Bizkaia el protagonismo a los leones y con ellos a sus gestas.

Y ahora en junio le ha llegado el turno a la Eurocopa, donde muchos de los ciudadanos de los países más castigados por la crisis económica se están pudiendo desquitar durante unas semanas

Una vez más, si Alemania les deja, porque parece ser que en esta materia también será juez y parte. No deja de ser paradójico que Alemania se esté jugando el título continental con la mayoría de países que dependen de su amparo o decisiones económicas en estos días… Grecia, Italia, Portugal y España… E igual de paradójico resulta comprobar lo paralelos y simultáneos que transcurren los devenires de la Eurocopa y el rescate económico de España. Conforme pasa eliminatorias, mayor es la presión económica sobre ella. Solo faltaba que el domingo por la mañana la señora Merkel dijera, os concedo unos intereses al 3% sobre el rescate, a cambio de la Eurocopa…

Pero seguro que aquí serían muchos los que con una cerveza en la mano gritarán que no, que ni aún condonándonos todo el rescate o deuda renunciarían a disputar e intentar ganar la Eurocopa… Pero es que, mal que nos pese y por mucho deporte en el que cosechemos todos los éxitos, seguimos estando con una mano delante y otra atrás. Y esta vez es consciente de ello todo Europa, o ya incluso, todo el mundo, como el señor Obama nos ha dejado claro estos últimos días.

De todas formas, como suele suceder, en los momentos más acuciantes o de mayor necesidad, el deporte y el fútbol en este caso, hacen de bálsamo. Conforme más aprieta la presión económica sobre nuestra economía y más catastrofista son las noticias, mayor es la audiencia radiofónica y televisiva de estos partidos.

Y a partir del 2 de julio, ¿qué hacemos? Que nadie se inquiete, que ya ha comenzado Wimblendon, después las Olimpiadas, el Tour y a continuación las fiestas patronales.

Hasta el martes que viene.