Ayer lunes conocimos que un 40% de las familias numerosas de España están en riesgo de exclusión social. Sí, un cuarenta por ciento. De hecho, tres de cada cuatro familias numerosas afirma llegar justo a fin de mes, según una extensa encuesta realizada por la Federación Española de Familias Numerosas. Desde esta Federación se ha levantado la voz para denunciar la delicada situación que atraviesan millones de familias debido a la crisis y pedir al Gobierno políticas para paliar su deterioro.

Por todos es conocido que la familia es la primera ONG que existe en el estado, pero nuestros sucesivos gobiernos están logrando que esta red de solidaridad se acabe resquebrajando. Si para cualquier familia con hijos es cada vez más insostenible este panorama de ajustes económicos o laborales, cuánto más a una familia con mayor número de hijos…

no podemos es permitir el discurso de “ellos los han tenido, que apechuguen”, o “que no los hubieran tenido…”

Y lo que no podemos es permitir el discurso de “ellos los han tenido, que apechuguen”, o “que no los hubieran tenido…”. Familias numerosas hay de muy diversos tipos y cada pareja ha llegado a esa condición por caminos muy diferentes. Pero con la situación de crisis financiera y económica que nos rodea, no podemos echar en cara viejos prejuicios para desamparar a decenas de miles de familias en situaciones desesperadas.

Al igual que no se quiere desamparar socialmente a los afectados por las preferentes o a los desahuciados, no podemos dejar de lado a las familias con hijos en situación de exclusión social. Porque las familias numerosas, de las cuales la mayoría tiene tres hijos, formaron una familia y tuvieron sus hijos conforme a una situación profesional y económica determinada, que ahora se está demostrando que hacía aguas por todas partes. Dieron ese paso sin saber que el Estado, en su actual ruinosa configuración, arrastraría tras de sí a millones de trabajadores y a sus familias.

es de sentido común que se aplique como criterio económico, no los ingresos familiares, sino la renta per cápita

Lo que se pide fundamentalmente ahora a nuestros gobernantes, es que hagan justicia y que tengan en cuenta a estas familias en riesgo de exclusión, dentro de los grupos vulnerables para muchas de sus normativas, como en la próxima reforma fiscal, el futuro copago farmacéutico, entre otros. Para ello, es de sentido común que se aplique como criterio económico, no los ingresos familiares, sino la renta per cápita, que mostraría cuántos recursos hay en cada familia por persona. Desde asociaciones como Hirukide, seguiremos trabajando para lograrlo.