Nueva hija

El pasado miércoles día 9 tuve a mi cuarta hija, Alejandra; una preciosa niña que aún mira preguntándose dónde está, buscando exclusivamente comida y cariño.

Como madre, me siento una completa privilegiada y espero, junto a mi marido, completar satisfactoriamente cada uno de los nuevos retos que se nos presenten.

bebe

Una nueva vida, la vida de un bebé, nos llena de ilusión y de alegría; nos crea también expectativas y por supuesto representa un gran reto, acompañado de un enorme sentido de responsabilidad. Como se titulaba el último congreso celebrado por Hirukide, estamos en un Tiempo de Valientes y considero que, con los tiempos que corren, traer una nueva vida a este mundo, requiere una gran dosis de valentía y esperanza.

Esta nueva hija, al igual que les sucederá a todas las madres y padres, me da nuevos motivos para luchar cada día por hacer mejor las cosas, por realizar mejor mi trabajo y, en definitiva, sacar la mejor versión de mí misma. Cada hija e hijo, nos debe exigir a los padres y madres la decisión de ser mejores personas y de aportarles lo mejor de nosotros mismos.

Pero en estos momentos también me acuerdo de todas las mujeres que querrían tener un hijo o hija y no pueden o no se deciden, porque la realidad que están viviendo no se lo permite. Las complicaciones, no solo económicas y laborales que padecemos, sino de conciliación laboral y familiar, imposibilitan a muchas parejas poder tener el número de hijos que desean. Y parece que nuestros gobernantes no se dan cuenta de que los hijos son nuestro futuro y siguen anunciando recortes sociales.

Para que haya un clima social en el que se puedan tener los hijos que se deseen, debe prevalecer la Justicia y el Reconocimiento. Se debe valorar adecuadamente la aportación al progreso social que representa el hecho de tener hijos. La gustosa dedicación de tiempo y esfuerzo personal de las madres y padres, así como el descenso de su capacidad adquisitiva, son circunstancias de las que se beneficia el resto de la sociedad. Este beneficio se concreta en un ahorro de gasto público, ya que lo que hace la familia lo ahorra el Estado: socialización de los hijos, cuidado de enfermos, atención de los mayores, sostenimiento de hijos en paro, etc.- y se concreta asimismo en forma de inversión: nuestros hijos serán los futuros cotizantes que ayudarán a mantener servicios públicos y nuestro maltrecho sistema de pensiones…

¿Cuándo se darán cuenta nuestros gobernantes de que la familia es el auténtico Ministerio de Asuntos Sociales? Espero que sea antes de que Alejandra cumpla la mayoría de edad…

Hasta el próximo martes…

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>