¿No debería ser al revés?

Ayer, como otros doce millones de espectadores, seguí por televisión el debate electoral entre los dos máximos candidatos a las próximas elecciones. Fueron dos horas en las que poco sacamos en claro y que sirvieron para que los seguidores de uno u otro reafirmaran sus convicciones.

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No voy a ser yo quien analice dicho debate, dado que no soy analista política y son decenas los expertos que están escribiendo y hablando largo y profuso sobre el tema. No obstante, sí quiero destacar el hecho de que ambos candidatos trataron uno de los temas que más deseaba que mencionaran en su encuentro.

Se trata de la conciliación laboral y familiar y de la necesidad de tomar medidas para que ésta mejore y, especialmente, para las mujeres.

En casi dos horas de debate, lógicamente y por la cuenta que nos trae, dedicaron la mitad del tiempo a hablar de economía. Pero llama la atención que dejaran prácticamente de lado temas tan importantes como el terrorismo, la corrupción o la desazón absoluta de los ciudadanos hacia la clase política… En cambio, sí trataron el problema que tenemos con la conciliación laboral y familiar y la necesidad de racionalizar los horarios profesionales. La importancia de la educación de 0 a 3 años y cómo mejorar los horarios o el acceso de la mujer al mundo laboral… Fue una alegría que, en medio de la batalla dialéctica que libraron, hubiera espacio, aunque fuera reducido, para esta materia.

Y la alegría es doble, porque desde Hirukide acabamos de difundir un spot centrado en todas estas cuestiones, llamado: “¿no debería ser al revés?”. En él se puede ver como diferentes niños y niñas, al salir del colegio por la tarde, van a buscar a sus padres-madres al trabajo para ir a casa juntos… Se trata de un video en que mostramos de forma muy gráfica, directa y visual, lo que venimos reclamando desde hace años. La falta de racionalización de horarios, una mayor equiparación de los horarios laborales y escolares, así como medidas de flexibilización de las jornadas laborales. El resto de países de la Unión Europea nos llevan la delantera también en esta materia y tan sólo hay que ver las jornadas u horarios implantados en los países Nórdicos, Finlandia o Alemania,… para saber todo lo que podemos mejorar.

Es indudable que el máximo de esfuerzos, energías y recursos públicos deben centrarse en los cinco millones de parados que están padeciendo esta gravísima crisis y en lograr que esta cifra se reduzca lo máximo posible. No obstante, se debe alcanzar este objetivo sin olvidar a los otros 18 millones de ciudadanos que sí tienen trabajo y a sus familias. Que mantener un puesto de trabajo no debe ser a costa de la familia o los hijos e hijas. Es palpable que estamos en un momento socio-económico muy pero que muy complicado, pero no podemos permitir que los pequeños avances logrados en materia de conciliación en los últimos años, caigan también con esta crisis. Por lo menos no debería ser incompatible,…

Seguimos manteniendo y en parte fomentando una cultura que aún se basa en el presencialismo y largas jornadas laborales. Los expertos apuntan a que en muchos casos existe una relación inversamente proporcional entre nuestras prolongadas jornadas laborales y sus disparatados horarios, por una parte, la productividad y la competitividad por otra. Nuestra jornada laboral es más larga que la del resto de países de la Unión Europea, sin embargo, el resultado no es mejor, es sensiblemente peor. Nos mantenemos en el vagón de cola de Europa en cuanto a productividad.

En mucho casos se comienza a trabajar a las 9 y se termina a las 7 u 8 de la tarde, con dos o más horas para comer a mediodía, cuando en otros países vemos que entran a las 8 y salen a las 5, con media hora para comer, flexibilidad de entrada y salida, los viernes por la tarde libre e incluso impulsando el teletrabajo,…

¿Cuántos hogares encontrarían un mayor equilibrio y paz familiar con este simple cambio de horario? Es lógico que no se puede implantar en todo tipo de empleos o comercios, pero son muchas las jornadas de oficina, despachos y profesiones en las que su instauración no sería nada traumática para el empresario…

Hay que distinguir entre estar en el lugar de trabajo y estar trabajando. Hay que premiar al trabajo efectivo y bien hecho más que la presencia. Diferentes estudios confirman que cuando el trabajo invade constantemente el área personal, la productividad se reduce. La sociedad, en su conjunto, tiene una percepción clara de que debe existir un mayor equilibrio entre la vida personal, la vida familiar y el entorno laboral. Ahora se trata de que, entre todos, pongamos las bases para que empiece a ser efectiva y real.

Muchas gracias y hasta el próximo martes,….

 

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