A lo largo de estos primeros días de julio se están sucediendo las noticias de menores que han fallecido por ahogamiento en diferentes municipios, uno de ellos en Ortuella, (Bizkaia). Como madre de 4 hijos, no puedo ni imaginar el sufrimiento y desgarro de esas familias y el cómo en unos minutos les ha cambiado la vida para siempre.
Playas, pantanos, ríos, piscinas municipales y privadas, jardines privados con pequeñas piscinitas…, son todo tipo de lugares y circunstancias diferentes, que han terminado con un final trágico. En algunos casos la fatalidad sobreviene sin apenas poder evitarse o hacer algo, pero en otras ocasiones, si se hubieran seguido las pautas de seguridad necesarias en estos lugares, se hubieran podido evitar varios de estos ahogamientos. Vallas de seguridad, manguitos, mayor vigilancia o atención por parte de los adultos, son múltiples los consejos que se nos dan por estas fechas y que es bueno que tengamos muy en cuenta.
es fundamental que activemos nuestro sistema mental de alerta y disfrutar del día como mejor podamos, pero sin desactivar en ningún momento esa alerta
Es indudable que con niñas y niños pequeños es difícil mantenerse atentos y pendientes durante todo un día de playa o piscina, pero está comprobado que es imprescindible. Nada más entrar en un lugar de baño, con niños menores de 6 años o que no sepan nadar bien, es fundamental que activemos nuestro sistema mental de alerta y disfrutar del día como mejor podamos, pero sin desactivar en ningún momento esa alerta.
Todas las madres y padres conocemos los consejos básicos, pero muchas veces relativizamos hechos reales como que un bebé se puede ahogar en tan sólo 30 centímetros de profundidad o que un niño se puede ahogar en 3 minutos de despiste de un adulto. Y no olvidemos que en muchos de los ahogamientos los menores estaban al cargo o supervisados por algún hermano mayor, acompañados de amigos o monitor o socorrista… Si a un adulto nos cuesta mantener la vigilancia, cómo no a un niño o niña de 8, 10 ó 12 años…
En definitiva, que el verano está para disfrutarlo, pero si nos acercamos a cualquier medio acuático, habrá que disfrutarlo sin perder de vista en ningún momento a nuestras hijas o hijos menores de 8 años, por muy estresante o agotador que sea.