Después de un fin de semana en el que por fin hemos podido ver un poco el sol y disfrutar de unas horas de buen tiempo en familia, se confirma una vez más que era un mero espejismo. Y es que, después de cinco meses de no ver apenas el cielo y de aguantar el chaparrón de forma permanente, somos muchos los que deseamos que la meteorología nos de por fin algo de tregua.

Y lo más frustrante es que, en este caso, no podemos descargar nuestro malestar contra nadie. En un momento en el que siempre hay algún político, gobernante, banquero o institución al que atizar y sobre el que descargar nuestras iras, se nos hace extraño el tener que empaparnos a diario bajo la lluvia y no poder maldecir a algún responsable por ello…

 Pero nada, nos toca aguantar, en la confianza de que el siguiente mes nos traerá el ansiado buen tiempo que nos negó el precedente

Ya ni recordamos cuándo fue la última vez que pudimos disfrutar de una semana sin coger el paraguas y cada vez son más los que están teniendo que recurrir al altillo, para recuperar la ropa de abrigo ya guardada… Pero nada, nos toca aguantar, en la confianza de que el siguiente mes nos traerá el ansiado buen tiempo que nos negó el precedente y poder hacer así los planes familiares que tanto deseamos en esta época del año. Excursiones, salidas en bici, comidas al aire libre… Esos planes que siempre reservamos para primavera y que vamos posponiendo semana tras semana truncados por la climatología.

En cuanto a la mejoría del tiempo, los hay que se contentan con que el verano realmente sea verano, o los que ponen únicamente sus expectativas en agosto… buscando el ansiado sol, en el apartamento de un pariente en la playa, la casa del pueblo al “secano”… cualquier solución económica, que les libre de la borrasca constante y de los peores augurios para este próximo verano.

A ver si logramos dejar nuestras conversaciones encontradizas o tímidas en un ascensor con el vecino, o incluso con los compañeros de trabajo centradas en el maltrecho tiempo,… ya que eso será buena señal…. Y si no, como se suele decir, al mal tiempo, buena cara.