Final de año y familia

En apenas cuatro días finalizaremos el año 2011. Un año que no será para enmarcar y que recordaremos ante todo por las dificultades y complejidades por las que han tenido que pasar y siguen pasando miles de familias.

Pero, lejos de querer hablar de la grave crisis económica y laboral que padecemos, y sobre la cual ya lo hacen de forma profusa decenas de expertos, quiero destacar de este año 2011 la renovada fuerza y sentido que ha adquirido la familia, como institución más solidaria de nuestra sociedad.

La actual coyuntura económica ha truncado un proceso de progresiva individualización en la evolución de las familias, que venía desarrollándose en las últimas décadas. La crisis, que a lo largo de 2011 se ha ido agravando, ha reforzado la cooperación intergeneracional de las familias ante la desconfianza de que el mercado y el Estado de Bienestar pudieran proporcionar las ayudas y servicios sociales que se requieren. De hecho, el valor de las transferencias de servicios no remunerados entre generaciones (cuidado de personas dependientes, labores domésticas,…) se estima que representaría entre el 3 y el 4 por ciento del Producto Interior Bruto.

fasmilia

La Fundación “la Caixa”, en uno de sus ultimos Estudios Sociales, ha constatado este hecho y destacado cómo la crisis económica ha intensificado la solidaridad familiar. En él señala que las circunstancias que en mayor medida provocan las ayudas económicas entre familiares son, esencialmente, las derivadas del desempleo o la quiebra de un negocio, así como los ingresos insuficientes.

En caso de necesidad, tan sólo un 2% de personas no podrían acudir a nadie.

Un dato que me llamó positivamente la atención es que, en caso de necesidad, tan sólo un 2% de personas no podrían acudir a nadie. Considero que es un porcentaje notablemente bajo y que, dadas las circunstancias que nos están tocando vivir, el 98 por ciento restante, tienen una pequeña garantía de saber dónde acudir. No obstante, la solidaridad familiar no puede cubrir todas las carencias sociales y representa solamente una salida en situaciones de emergencia como la actual.

Es indudable que uno de los principales factores que están permitiendo que aún sigamos a flote es la institución familiar. Pese a tener más de un 20% de paro y gran parte de éste de larga duración, muchas personas no se hunden gracias al apoyo familiar intergeneracional.

No obstante, siendo un hecho destacado y muy loable de nuestra sociedad, quiero recalcar a nuestros gobernantes que no podemos tolerar, ni permitir que descarguen sobre esta institución lo que ellos no han podido o sabido gestionar desde las suyas. La familia, por naturaleza, es generosa, solidaria, justa… pero tiene sus límites y empiezan a estar sobrepasados. El año 2011 también será recordado por ser el de los recortes sociales y pedimos que el nuevo año 2012 que está por llegar, no le acompañe en tan nefasto recuerdo.

Hasta el martes que viene y Feliz Año Nuevo

 

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