El pasado sábado, Día de la Mujer Trabajadora, celebramos uno de esos días en los que cada institución, administración u organismo quiso aportar su granito de arena con todo tipo de actos, eventos, charlas o talleres de variada índole, siendo muchos de ellos muy interesantes, pero es indudable que algunos fueron del todo peregrinos…
Pero si para algo debe servir un día así es, ante todo, para reflexionar y analizar la situación real de las mujeres en el mundo laboral, ver cómo mejorarla y dar pasos efectivos. Y es precisamente a los responsables de nuestras instituciones y administraciones a los que corresponde reflexionar, junto a empresarios, sindicatos y agentes sociales, para ver cómo avanzar más en la supresión de las desigualdades. Se trata de hablar menos del empoderamiento de la mujer y de lo mucho que valemos y más sobre cómo vamos a atajar realmente la brecha salarial entre hombres y mujeres, que no deja de crecer.
Estas dificultades en muchas ocasiones determinan sus condiciones laborales, haciendo que tengan que renunciar a parte de su horario, sueldo o derechos
Esta brecha viene a agravarse cuando hablamos de mujeres que además son madres, ya que continúan siendo muchas las dificultades que se encuentran para conciliar su vida laboral y familiar. Estas dificultades en muchas ocasiones determinan sus condiciones laborales, haciendo que tengan que renunciar a parte de su horario, sueldo o derechos, ya que continúa siendo sobre ellas donde recae la mayor parte de las responsabilidades familiares.
A través de días como el de la Mujer Trabajadora, lo que tenemos que conseguir es, no sólo dar difusión a esta injusticia, sino poner las bases para atajarla y afrontarla. Estamos hablando de “justicia social” para poder culminar la incorporación efectiva de la mujer al mundo laboral. Pero no basta con que se le hayan abierto la mayoría de puertas del panorama profesional, y ahora hace falta que se le valore sin trabas o desmerecimiento alguno. Que se den las facilidades y oportunidades para que pueda desarrollar todo su potencial como profesional, pero siendo a su vez muy mujer y, en su caso, muy madre.