El próximo jueves, 8 de marzo, celebramos un año más el Día Internacional de la Mujer y Mujer Trabajadora. En ese señalado día, se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Hoy quiero centrar mi atención, en las mujeres trabajadoras y que además son MADRES, ya que son las que más complicado tienen sacar adelante sus proyectos personales, familiares y profesionales adelante, en busca siempre de la mejor armonización o conciliación de todos ellos. Y es que, al hecho de continuar discriminadas en muchos casos económica y profesionalmente, como muestra el hecho de tener una de las tasas femeninas de paro más altas de la U.E., contratos temporales o el salario un 20% inferior al de los hombres, se suman las dificultades actuales para tener los hijos/as que se desean.
Son múltiples los estudios que nos muestran el desamparo y frustración que sienten miles de mujeres al verse obligadas a renunciar a tener los hijos/as que desearían. Actualmente, de las mujeres trabajadoras remuneradas, tan sólo la mitad tienen hijos y, de éstas, únicamente un 4% tienen tres o más hijos.
La crisis vuelve a duplicar el problema de las mujeres trabajadoras que son madres o gestantes, siendo unas de las primeras que sufren la penalización del paro por causa de su maternidad, situándolas al borde de la exclusión laboral. Y es que los responsables empresariales no se dan cuenta de que estamos perdiendo talento femenino, ya que muchas mujeres, y en esto la modernidad o progreso no ha cambiado excesivamente, hemos aprendido a ejercer de cocineras, psicólogas, taxistas, gestoras, enfermeras, profesoras… un sin fin de quehaceres, compaginados o no con un trabajo externo remunerado,… en definitiva la “empresaria de su pequeña pyme, su familia”. Por tanto, la “mujer madre trabajadora” aporta intangibles tan valiosos a la empresa como responsabilidad, productividad, madurez, creatividad o capacidad de organización o gestión, entre otros que se están desaprovechando.
Estamos en tiempos de cambios, de apuntalar nuestro maltrecho sistema económico, financiero y social. Nuestros políticos y gobernantes se están devanando los sesos para encontrar la fórmula para sacarnos de esta y no seré yo quien pueda dársela; pero sí les puedo decir que, todo lo que sea no contar o facilitar el acceso al mundo laboral y de decisiones de la mujer, madre, trabajadora, no es ir por buen camino.
De igual forma, quiero recordarles que no solo se trata de facilitar a la mujer que pueda ser madre y trabajadora, sino que igual de importante es que el hombre pueda ser padre y trabajador. Que se le den las facilidades y estímulos necesarios para que pueda asumir y desarrollar sus corresponsabilidades familiares. Que, en la mayoría de los casos y, como se suele decir…, esto es cosa de dos.
Hasta el martes que viene.