Ayer lunes, celebramos el Día Internacional del Libro, en el que se celebraron todo tipo de actos y eventos en torno a la lectura. Sin embargo, existe también un Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, que suele pasar desapercibido y que se celebra el 2 de abril de cada año, con el deseo de incentivar la lectura entre los más pequeños.

Y es que nuestras hijas e hijos necesitan de la lectura como arma cargada de imaginación, fantasía, creatividad, aprendizaje, enriquecimiento personal, ilusión o educación… Pero esa necesidad hay que inculcarla y atenderla, teniendo en cuenta que la mejor forma de aprendizaje de los menores es a través de la imitación. Si las madres y padres leemos, nuestras hijas e hijos terminan por imitarlos.

Por eso es importantísimo que desde la familia transmitamos ejemplos de lectura.

Dicen los expertos que aquí leemos muy poco, tanto los pequeños como los mayores. El cambiar la tendencia está a nuestro alcance. Sobre todo está en las manos de los lectores que tengamos hijos en edad escolar, siendo conscientes de que es difícil hacerle la contra a la televisión, a internet o a los videojuegos.

¿Cómo? Compartiendo un tiempo de lectura con ellos; pidiéndoles que nos cuenten lo que han leído. Leerles un libro o hacer que nos lo lean ellos es otro posible truco para introducirlos en el mundo mágico de las palabras. Esta actividad, reconozco que requiere tiempo, tanto físico como mental, para acertar con la lectura que más les pueda gustar o apasionar según su edad o momento vital. Porque el hábito de la lectura no se improvisa. A leer se aprende leyendo y enamorándose de los libros y para ello hay que atinar con las diferentes elecciones.

Y es que la persona que no lee es incapaz de ver más allá de sí mismo. Leer da el vocabulario necesario a la hora de departir con los demás; nos dota de puntos de vista para afianzar opiniones y pulir nuestros argumentos básicos para dialogar con los próximos a nosotros. Leer nos ayuda a crecer, a la par que nos permite empatizar con los demás, compartir emociones y entender al otro.

Por la lectura nuestras hijas e hijos pueden aprender valores, normas, pautas de comportamiento, e interiorizar sentimientos. En definitiva, leer es estar informado y la información les dará libertad y poder de elección.

Que disfrutéis de un gran libro esta semana y hasta el martes que viene.