El jueves pasado asistí a una sesión que organizamos en Hirukide con kontsumobide, sobre redes sociales y juventud… Se trataba de acercarnos un poco más a las madres y padres a estos canales de comunicación, que ya no podemos denominar nuevos, pero que sí están en constante evolución.

Y es que, por falta de conocimientos o sencillamente de tiempo, no llegamos a percatarnos hasta dónde llegan las nuevas tecnologías y el uso que de ellas pueden hacer nuestras hijas e hijos. No se trata de ver peligros por todas partes, ni de ser excesivamente proteccionistas…, pero sí es nuestra responsabilidad como padres y madres conocer por dónde o cómo actúan nuestros hijos.

Antiguamente, cuando éramos pequeños nos decían nuestros padres: no hables o vayas con desconocidos. Cuando crecías un poco te decían… no hagas autoestop y a ver con quién vas por ahí… Ahora se trata de adaptarse a los nuevos tiempos y tecnologías y trasladar ese sentido común al mundo real que viven ellos. Y en ese mundo están muy presentes las redes sociales e internet. Y las emplean para todo, todo, sin ser conscientes muchas veces que son inmediatas, públicas y muy poco controlables. Hoy en día el 90% de los adolescentes entre 15 y 16 años tienen móvil propio y de las fotos y videos que graban el 20% las publican en Internet.

Ninguna madre o padre con sentido común dejaría a su hija o hijo de 15 años salir dos horas todas las noches sin saber con quién va, a dónde va, qué hace, con quién acaba…, así día tras día.

Pero por despreocupación o evitar discusiones sí son muchos los que lo permiten con internet…

Para afrontar esta situación con ciertas garantías de éxito, es fundamental que todas las madres y padres con hijos preadolescentes o adolescentes nos formemos y conozcamos bien el mundo de internet y las redes sociales, como primer paso. Términos como groming, sexting o ciberbullying, deberían dejar de ser desconocidos.

Junto a esto, convendría enseñarles y recordarles que a través de sus cuentas de internet tienen que desenvolverse según los valores básicos, como respeto, responsabilidad, justicia o solidaridad. Que amparándose en la teórica impunidad que proporcionan las redes sociales, podemos tener en casa unos pequeños tiranos, como me comentaba consternado un amigo hace unos días al señalarme que a una hija suya quizá la denunciaban por acoso cibernético vía móvil… Y es que actualmente, casi la mitad de las injurias investigadas por la policía tienen como escenario las redes sociales de Internet

Son pautas muy básicas. Es conveniente tener un decálogo propio para el uso de internet por parte de nuestros hijos. Deben conocerlo y respetarlo, partiendo del hecho básico de que no a todo el mundo se le puede aceptar como “amigo” o colgar unas fotos sin consentimiento del otro,…

Y es que, como decía mi madre: “El mayor lujo que uno puede darse en la vida es escoger a sus amigos”. Hasta el martes que viene.