La diáspora de nuestros jóvenes

Ayer conocimos que el pasado año unos 10.600 jóvenes abandonaron Euskadi, principalmente por motivos laborales. Solo hace falta ver las estadísticas, para comprender qué les ha impulsado a tomar esta difícil decisión. Y es que casi el 30% de los menores de 30 años que busca empleo en Euskadi, se encuentran en paro. Con esta cifra es entendible que haya crecido en un 75% el número de jóvenes que ha emigrado respecto a hace 2 años…

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 En unos pocos años más de 50.000 jóvenes pueden abandonar nuestra comunidad

¿Cuántas son las chicas y chicos que, con sus titulaciones debajo del brazo y después de dos o tres años de búsqueda infructuosa de trabajo aquí, han tenido que hacer las maletas? De seguir esta tendencia, en unos pocos años, más de 50.000 jóvenes pueden abandonar nuestra comunidad, sin poder hacer otra cosa que animarles a hacerlo, por la falta de oportunidades que encuentran aquí.

Mientras tanto, hay quienes siguen abogando por retrasar la edad de jubilación más allá de los 67 años. ¿Cómo pretendemos que nuestros hijos encuentren trabajo si impedimos que, quienes ya han cumplido con creces en el mundo laboral, les pasen el testigo?

Y a todo esto, se hace emigrar a jóvenes altamente cualificados, formados aquí y que van a desarrollar todo su potencial en empresas de otros países. Si nuestros mejores jóvenes no encuentran aquí oportunidades, seguro que terminarán hallándolas allí donde las cosas van mejor. El problema no radica tanto en el hecho de que se vayan a terminar de formar o a que se inicien en el mundo laboral fuera, como en que pasado ese periodo quieran volver y no puedan. Todo apunta a que, mientras no mejore no sólo nuestra economía, sino nuestra productividad, nuestro espíritu empresarial y las condiciones para innovar e invertir, será imposible propiciar el regreso de aquellos que lo deseen.

Para quienes nuestros hijos aún son pequeños, vemos el drama ligeramente desde la barrera…, pero lo palpamos cada vez más de cerca a través de nuestros familiares y amigos. Confiemos que la prometida ayuda europea para atajar nuestro paro juvenil, no sea únicamente echando las redes aquí para llevarse a todos los que necesitan en estos países.

 

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