Hoy me gustaría hablar de un fenómeno cada vez más extendido y que me hace reflexionar, cada vez que voy a llevarles o recoger a mis hijos al colegio… Se trata de lo que yo llamo “las madres y padres Sherpas”. Sí, se trata de un grupo muy heterogéneo, compuesto cada vez por más miembros.
Son aquellas madres y padres que, todavía no sé por qué, cargan a diario con la mochila, carpeta o bolsa de deporte de sus hijos e hijas al ir o volver del colegio. Hoy, sin ir más lejos, coincidía al llegar por la mañana al patio con la madre de un compañera de mi hijo de 8 años, que llevaba a la niña cogida de una mano, en la otra la mochilita de ruedas de la niña y en la espalda la mochila del hermano mayor, que iba junto a ella hablando con un compañero… Yo ya lo he hablado con ella varias veces, pero seguiré insistiendo,…
Nos escudamos en que la niña o niño está cansado, aunque sea primera hora de la mañana, que quizá le pesa mucho, que se le puede olvidar en cualquier parte… A mi entender, en muchas ocasiones son excusas para no hacer responsables a nuestros hijos de, nunca mejor dicho, “cargar con sus responsabilidades”. Sí, que hay ocasiones en que la mochila de libros puede pesar casi tanto como nuestra hija o hijo, y entonces necesitarán nuestra ayuda, pero no es lo habitual.
Y es que, cuando se permite desde pequeñitos que no lleven sus propias cosas al colegio, con los años se continúa, y vemos que hay madres/padres cargando mochilas y bolsas de deporte de hijos de doce o catorce años, que les doblan en constitución. Lo gracioso es que luego, muchas de esas madres y padres, son los que comentan en el patio o entre amigos: cómo está cambiando la juventud, que son unos blandos, que no saben qué es el esfuerzo o que no se hacen responsables de sus cosas…
Está claro que en el día a día es complicado estar encima educando a los hijos continuamente o hacer que sean responsables de sus cosas o quehaceres, pero en nuestras manos está el que cojan “hábitos” desde muy pequeños. Nuestras hijas e hijos se pueden hacer la cama, recoger su desayuno o vestirse solos a partir de los cinco años. Si no lo hacen, será por nuestras prisas, por nuestra falta de paciencia o porque ni nos lo hemos planteado, ya que probablemente pedir que lo hagan supone que las primeras veces no hagan bien las cosas, pero a la larga es muy importante para el aprendizaje de ellos y su autonomía. A un niño con doce años es más complicado decirle de repente: desde hoy te haces la cama, te recoges el plato de la cena o te encargas de preparar tu mochila para ir a la piscina y llevarla tú al cole…
En nuestras manos está el que cojan “hábitos” desde muy pequeños
Y para finalizar, os citaré una frase que repite habitualmente el maestro del sueño infantil, Eduard Estivill, “a las hijas e hijos hay que educarles y enseñarles hábitos desde el día que nacen”, y a mí concretamente me tocará de nuevo dentro de unas dos o tres semanas…
Hasta el próximo martes,…