Tiempo de valientes

Hoy quisiera contaros que el sábado pasado tuve el gran placer de asistir al V Congreso Vasco de Familias Numerosas. Fue una inolvidable jornada en la que, además de estar con cientos de familias, pude disfrutar escuchando a grandísimos ponentes. El congreso se titulaba “Tiempo de Valientes” y es que hay que ser muy valiente para sacar adelante una familia y más si es numerosa, con los tiempos que corren.

Hay que ser muy valiente para sacar adelante una familia y más si es numerosa, con los tiempos que corren.

Estamos inmersos en un panorama social, económico y laboral que cada día nos plantea más incógnitas e incertidumbres. Los retos personales y familiares son cada vez mayores y nos exigen dar lo mejor de nosotros y nosotras para solventarlos; y para ello es necesario fortalecer y estrechar los lazos dentro y fuera de cada familia.

valiente

Uno de los conferenciantes del congreso fue el siempre entrañable Leopoldo Abadía, que nos recordaba la pregunta que muchas veces le formulan: “¿qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos?”. Con gran sentido común, él indicaba que la pregunta que hay que formularse, como madres y padres, es al revés: “¿qué hijos vamos a dejar a este mundo?”

Y es cierto; pese a las complicaciones o dificultades que se nos presentan en el día a día, y más últimamente, no podemos perder la perspectiva de que la educación y buena formación de nuestra hijos e hijas es una de nuestras mayores obligaciones. Es una compleja obligación, pero sin una buena educación en valores, no lograremos que nuestros hijos alcancen la verdadera felicidad.

Y precisamente sobre la felicidad, en tiempos de crisis, nos habló Carlos Andreu, para recordarnos que no está en el “cuándo… consigamos algo, sino en el mientras… lo buscamos”. En nuestra vida podemos muchas veces pensar que encontraremos la felicidad cuando… nos casemos, cuando… consigamos un puesto determinado en un trabajo, cuando… nos compremos nuestra vivienda… para darnos cuenta que esa felicidad es efímera. Será más duradera y real, si la encontramos en el mientras,… en el esfuerzo diario para alcanzar esos objetivos.

No obstante, todos los conferenciantes coincidieron en señalar que la alegría es fruto del equilibrio entre nuestra familia, el trabajo, la salud y nuestros amigos y que para obtenerla tenemos que hacer acopio de optimismo y positivismo, ya que no hay nada peor que en los momentos difíciles tener junto a nosotros/as a un pesimista o a un cobarde.

 

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