Hace unos días conocimos la nueva reforma laboral, sobre la que tanto se ha escrito. Entre sus diferentes medidas se encuentra una que no quiero que pase desapercibida. Se trata de la supresión de los incentivos existentes desde 2006, para los contratos por reincorporación de las mujeres tras el permiso por maternidad.

De golpe y porrazo han hecho que desaparezcan las bonificaciones mensuales de las cuotas empresariales a la Seguridad Social para los contratos indefinidos, de aquellas mujeres que regresan a su puesto de trabajo tras la maternidad o una excedencia por cuidado de hijos.

Esta ayuda a los empresarios, era una de las pocas medidas directas orientadas a fomentar la reincorporación real de las mujeres después de sus periodos de gestación y cuidado de los hijos. Se trata de un recorte que vuelve a hacernos retroceder en los avances sociales logrados en materia de conciliación laboral y familiar y, especialmente, en el amparo de la mujer trabajadora, que es la que se queda generalmente desamparada o la que más “arriesga” desde el punto de vista laboral, al afrontar la maternidad.

En una situación de crisis económica como la actual, es cuando más hay que velar para evitar injusticias y estos incentivos fiscales eran una pequeña ayuda, que podían servir como acicate para la reincorporación de estas mujeres al mundo laboral.