Estamos en una sociedad en la que cada vez es más habitual encontrarse con amigos, familiares o compañeros que precisan los servicios de un psicólogo o psiquiatra. Los ritmos de vida que nos hemos marcado, el estrés diario y un sinfín de condicionantes, hacen que cada vez se requieran más los servicios de profesionales para atender los problemas de salud mental.
Pero no solo los adultos sufrimos estas dificultades de salud, como bien detalló ayer lunes en Alhóndiga Bilbao, el experto en psicología clínica y de la salud, Luis Ángel Díaz. A través de la conferencia organizada por Hirukide y titulada “10 consejos básicos para la salud psicológica de los niños/as y adolescentes”, nos acercó a esta realidad cada día más compleja para muchas familias y centros docentes.
La mayoría de los padres y madres tampoco conocemos los medios para percibir las señales que apuntan a que existe un problema en nuestros hijos e hijas
Porque los niños pequeños también padecen estos problemas, con el agravante de que ellas y ellos son incapaces de interpretar y expresar que sufren de estrés o ansiedad y, menos aún, pararse a pensar cuál es el origen. Por desgracia, la mayoría de los padres y madres tampoco conocemos los medios para percibir las señales que apuntan a que existe un problema en nuestros hijos e hijas.
Para empezar a evitar los problemas psicológicos y de estrés infantil, entre los diferentes consejos que dio, destacó los relacionados con los ritmos vitales, que toda madre y padre debemos controlar y cuidar con esmero: que duerman bien, descansen y coman adecuadamente y, por último, que tengan un tiempo reservado para jugar y disfrutar en familia.
Son verdades o acciones que parecen de Perogrullo, pero que por lo visto no todos los padres respetamos y cuidamos adecuadamente. ¿Se acuestan nuestras hijas e hijos a la hora que deben? ¿Duermen las 9 ó 10 horas que aconsejan los pediatras? ¿Dedican el tiempo adecuado a comer y siguen una dieta equilibrada, incluso los fines de semana? ¿Les dejamos el tiempo apropiado para que jueguen y se explayen lo necesario? Estos ritmos vitales, además nos servirán para detectar si nuestros hijos están teniendo problemas, si vemos que alguno de ellos falla de forma continuada… Si no quiere comer, tiene dolores de cabeza o no duerme adecuadamente.
Está claro que nuestra labor de madres y padres no es sencilla, pero lo será un poco más si adquirimos la sabiduría necesaria para atender las crecientes necesidades de nuestras hijas e hijos.