Desde hoy martes y hasta el jueves 28 de noviembre, tiene lugar en Bilbao el XV Congreso Estatal de Voluntariado. A él hemos acudido organizaciones, asociaciones y múltiple personas relacionadas con el mundo del voluntariado. Se trata de la primera ocasión en que se celebra este evento en Euskadi y a lo largo de las próximas tres jornadas esperamos aprender y aportar nuestro granito de arena en el importantísimo e irremplazable ámbito de la cooperación y voluntariado.

Y es que, del voluntariado y de los valores que de él emanan, se debe hablar, escribir y dar mucha mayor cobertura. En una crisis económica y social como la actual, deberíamos valorar la auténtica dimensión de los que están dispuestos a dar, sin recibir nada a cambio. Son muchos los que asocian la figura del voluntariado a gente joven y sin compromisos, pero ésta es mucho más amplia, abarcando a miles de mujeres y hombres, dispuestos a dar parte de su tiempo, energía y dedicación a los demás. Y ahí está la fuerza de este movimiento del voluntariado.

Son muchos los que asocian la figura del voluntariado a gente joven y sin compromisos, pero ésta es mucho más amplia, abarcando a miles de mujeres y hombres, dispuestos a dar parte de su tiempo, energía y dedicación a los demás.

Como decía Concepción Arenal hace más de un siglo y medio, “Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman, se multiplican”. Y es que en esto consiste la acción voluntaria: en pequeños esfuerzos sostenidos en el tiempo por muchas y diversas personas, que consiguen grandes logros para la sociedad.

Este año estamos en el Año del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional y por ello también se dedicará un tiempo a reflexionar sobre la aportación que en la acción voluntaria tienen las personas mayores, personas que llegan a la edad de prejubilación y jubilación con más salud y que cada vez están más presentes. Es un gran ejemplo para todos, ver cómo con su sabiduría, experiencia y sus capacidades aportan a la sociedad desde una perspectiva altruista cuidando a sus familiares (por ejemplo a sus hijos en paro) o en organizaciones no gubernamentales. Una cosa más que tenemos que aprender de nuestros mayores…

Hasta el martes que viene.